Musicoterapia y Alzheimer: Escuchar quien soy
Dos afirmaciones poco usuales acerca de la Música:
- “La capacidad de procesar el sonido, la voz y la música es de lo primero que desarrollamos al nacer y de lo último que perdemos al morir.”
- “Aunque perdiéramos la capacidad de hablar, incluso en esos casos, ciertas habilidades musicales permanecerían intactas.
¿Conoces a alguien que tenga alzheimer u otras demencias?
¿trabajas con ellos?
¿Vives con ellos?
Hay muchos estudios sobre Musicoterapia y Alzheimer, dónde queda totalmente demostrado, de una manera científica , que la Musicoterapia es una terapia de intervención muy valiosa para enfermedades de éste tipo. Puedo recomendar los siguientes artículos y trabajo de investigación. (éstos son solo a modo orientativo, pero puedes leer mucho más del tema accediendo a otras tesis y trabajos finales de grado que hay publicados en diferentes bibliotecas virtuales de universidades e instituciones):
- Alzheimer y Musicoterapia
- Musicoterapia en la vejez
- Tesis doctoral: Villamizar Quintero, Martha Johanna (2007) La musicoterapia como tratamiento para la conservación de la memoria, el esquema corporal y las nociones espaciotemporales en pacientes con demencia tipo Alzheimer. Maestría thesis, Universidad Nacional de Colombia.
El motivo de éste artículo sobre Musicoterapia y Alzheimer:
Lo que realmente me motiva no es reafirmar lo que ya está más que demostrado, si no contaros con mis propias palabras, la relación tan bonita y fértil que forman la Musicoterapia y Alzheimer. Quizás con un lenguaje más cercano, pueda animar a los profesionales y familiares de pacientes con Alzheimer a contratar servicios y programas de Musicoterapia en sus centros o asistir a formaciones prácticas. (Asegúrate que estas formaciones sean dictadas por musicoterapeutas profesionales, aprenderás mucho más y no te engañarán con falsos mitos sobre musicoterapia, o por lo menos te da más garantías).
Tuve el placer de asistir a una formación de Introducción a la Musicoterapia Práctica que sellevó a cabo en el AFA de Benifaiò. Llegué a ésta formación por un impulso personal, pues soy música y nieta orgullosa de abuelos con demencia. Pude ver con mis propios ojos cómo una Musicoterapeuta profesional, en éste caso Cecilia Barrios, pudo comunicarse con todos y cada uno de los usuarios que allí había.
Consuelito y la CA-RRE-TI-LLa
Uno de mis casos favoritos fue el de Consuelito, a la cual no le hizo mucha gracias al principio eso de hacer música en grupo, pues Consuelito se pasaba el día con la mirada bajada al suelo y ni siquiera tenía ganas de dedicarle al mundo un simple «hola».
Una de las prácticas consistía en realizar un «historial clínico musical» y yo decidí intentarlo con Consuelito. La miraba y le preguntaba acerca de sus gustos musicales, o de un instrumento concreto, porque si tenía suerte, podía contestarme un si o no con la cabeza. Sentía que me contestaba más para que la dejara en paz, que porque le motivara lo más mínimo mis preguntas. A sí que, le dije a la Musicoterapeuta que estaba supervisándonos en todo momento, que si por favor me podía hechar una mano. Vino, y sin mediar palabra con Consuelito, le dispuso un par de castañuelas delante de ella. En ese momento pensé que una mujer en su estado era imposible que tuviera la movilidad en la mano suficiente para tocar un instrumento cómo las castañuelas.
La musicoterapeuta sabía que Consuelito había tocado las castañuelas en diferentes fiestas y agrupaciones en su juventud.
Cual fue mi sorpresa al ver que Consuelito levantó la mirada y dió el permiso para colocarle las castañuelas en la mano. Comenzó un «zapateado» o CA-RRE-TI-LLA, y miraba desafiante a la Musicoterapeuta, iniciando un diálogo musical entre ellas. Lo que más resaltaría a modo de observación fué su posición corporal, que de normal era totalmente cabizbaja y con una movilidad limitada, cambió a una posición erguida, una mirada despierta y un control en sus movimientos.
A partir de ahí, cada vez que nos reuníamos para realizar una sesión de musicoterapia, Consuelito tenía sus castañuelas en la mano y de alguna manera había encontrado la forma de hacer presente en el grupo quíen era, y quíen había sido.
Falsos mitos de la Musicoterapia y Alzheimer
- He encontrado a mucha gente que piensa que hacer Musicoterapia con pacientes de Alzheimer consiste en tocarles canciones, ponerles sonidos, o hacer que bailen. Aunque son dinámicas válidas y seguramente divertidas, en realidad nada tiene que ver con una sesión de Musicoterapia y Alzheimer.
- Los usuarios con Alzheimer no pueden crear música más allá de cantar las canciones que se saben. ¡Falso!
- Hacer musicoterapia es hacer los ejercicios del fisioterapeuta, pero con música. ¡Error!
- También están los que piensan que para realizar una sesión de musicoterapia solo hace falta saber de música. ¡Para circular con un coche no basta con saber conducirlo, también tienes que estudiar e integrar las diferentes normas de circulación!
Un ejemplo que ocurre en muchas ocasiones
Imagina que el día que justo tocaba realizar una supuesta actividad de musicoterapia con los usuarios en el centro, no ha venido uno de ellos porque falleció recientemente. Pero ese día, y a pesar de que el grupo está afectado por la circunstancia, (aunque no lo manifiesten abiertamente es real que la energía del grupo se transforma frente a una ausencia así), uno de los dinamizadores sigue adelante con la sesión de baile que se había establecido. Intentarás que ellos bailen y se lo pasen bien, pero en realidad no están atendiendo de una manera terapéutica las necesidades del grupo. La música por sí sola no cura, tenemos que aplicarla con una consciencia adecuada. En éste caso, un profesional especializado en Musicoterapia y Alzheimer realizaría una sesión en la que se pudiera abordar el tema de la despedida de un compañero, la ausencia, y el acompañamiento al duelo.
¿Entonces qué es la Musicoterapia aplicada al Alzheimer?
Para que sea Musicoterapia: tiene que haber un proceso de acompañamiento con el usuario.
En una sesión de Musicoterapia y Alzheimer se organiza y establecer una serie de pasos a seguir; por ejemplo:
– Bienvenida, Estimulación Física, Estimulación Emocional y Cierre.
Y sobre todo, tener los conocimientos y recursos necesarios para poder apoyar y transitar cualquier proceso del grupo de usuarios, estando siempre abiertos a adaptar las sesiones en el momento presente y sin forzar a nadie a cumplir unos objetivos.
La capacidad Creativa de un grupo con Alzheimer: ¡Hay que saber escucharles, y esto se aprende!
No se si habéis oído hablar de la Musicoterapia Activa y la Musicoterapia Receptiva, para resumir muy brevemente, la musicoterapia activa implica que el usuario realice una propuesta musical, y en la musicoterapia receptiva, el usuario es el que recibe la propuesta musical realizada por el musicoterapeuta.
Retomando mi experiencia en el AFA de Benifaiò, allí pude comprobar que tanto la musicoterapia activa, cómo la musicoterapia receptiva eran dos vías igual de válidas para abordar una sesión. Una persona que no tiene relación con la musicoterapia, puede pensar que es muy complejo «hacer» que un grupo de personas con demencia realicen música y disfruten con ella.
Es un error pensar así, pues habilidades musicales cómo realizar un ritmo o crear y entonar una melodía, siguen intactas. Y no solo eso, si no que la capacidad creativa de un grupo así, con la estimulación y apoyo adecuada, puede ser ilimitada y muy enriquecedora.
No solo se trata de hacer que escuchen sus canciones preferidas, esas que forman parte de su pasado, si no, crear nuevas canciones por las cuales puedan expresar la realidad que están viviendo en el presente.
Claro está que un musicoterapeuta también aprovecha esa capacidad de memoria musical que tienen las personas con alzheimer, y propone actividades con todas esas canciones que formaban parte de la banda sonora vital de cada usuario.
De hecho, como guinda para finalizar las jornadas de formación de Musicoterapia y Alzheimer tuvimos el placer de contar con un concierto en directo en el que la cantante interpretó muchas de esas canciones que habíamos recopilado de la vida de los usuarios.
Recuerdo que en esa ocasión estaba sentada cerca de la «chamana» del grupo, más conocida como Paquita, y que durante los días que duró la formación protagonizó momentos increibles cómo un espontáneo y animado baile regional que nos dejó a todos «patidifusos» porque Paquita tenía dificultades en su marcha. Pero volviendo al tema, en ésta ocasión, en una de las canciones miré a Paquita y toda emocionada comencé a hacer palmas. Paquita me cogió mis manos y me dijo: Ahora es para escuchar. Cerró los ojos y pude ver cómo su gesto se iba emocionando con cada canción.