Musicoterapia Creativa (CMT)
La Musicoterapia Creativa (CMT en sus siglas en inglés) es uno de los enfoques más reputados, con mayor documentación y corpus teórico de la musicoterapia. Desde sus inicios en los años cincuenta, se han fundado escuelas y centros en todo el mundo, principalmente en los EEUU, Reino Unido y Asia.
La Musicoterapia Creativa empezó a desarrollarse en la década de los cincuenta por el pianista estadounidense Paul Nordoffy el educador especial británico Clive Robbins, durante su trabajo con niños/as y adolescentes con necesidades especiales. La teoría que sustenta la musicoterapia creativa nace de su propia praxis, principalmente del análisis y la práctica musical. Durante el proceso de teorización de Nordoff & Robbins incorporaron ideas del humanismo, como las del psicólogo Abraham Maslow, quien destacó el potencial personal de cada persona, y del pensamiento antroposófico de Rudolf Steiner.
La intervención terapéutica/musical con personas con diferentes tipos de hándicaps, como el síndrome de Down, parálisis cerebral y autismo, entre otros, constató que:
– todas las personas, sin importar qué tipo de discapacidad tengan, son poseedores de una musicalidad innata que va más allá de su condición.
– es posible acceder a esta musicalidad para desarrollarla y conseguir así objetivos terapéuticos
La Musicoterapia Creativa se basa en la interacción entre terapeuta y paciente a través de la improvisación musical. La música es un lenguaje no verbal que facilita una expresividad espontánea, así como el disfrute y el goce. Por ello, en el contexto terapéutico, y utilizando la improvisación como herramienta, es posible crear un espacio de interrelación desde el que desarrollar el potencial del paciente, a menudo oculto o inhibido por su condición.
Además de los procedimientos técnicos propios de la disciplina, nuestra formación como musicoterapeutas incluye conocimientos de composición, teoría musical, interpretación e improvisación. Empleamos nuestra propia identidad musical para penetrar, desarrollar y expandir el potencial musical creativo y expresivo del paciente.
Asimismo, nuestra práctica se nutre del modelo DIR/Floortime, creado por el psiquiatra estadounidense Stanley Greenspan. DIR es una forma de intervención que se centra en las diferencias particulares de cada persona y un método de comprensión centrado en la observación de la forma única en que cada individuo percibe y procesa el medio que lo rodea, con especial atención en su desarrollo emocional e interpersonal.