Reflexiones profundas y contexto
Soy musicoterapeuta y amo mi trabajo. Llevo años, difundiendo mi profesión porque creo en ella y en su aplicación en diferentes ámbitos de actuación en todo el territorio Español y de habla Hispana. (Latam).
Desde que descubrí mi vocación y verdadero lugar, dentro de la amplia gama de posibilidades que ofrece ser educado en las artes y la música, he llevado adelante muchos proyectos en solitario y en equipos. En ámbitos privados y públicos.
- He desarrollado una revista online (esta misma), donde redacto artículos de interés general para acercar la profesión a la sociedad y entrevisto a otros musicoterapeutas para que den a conocer sus servicios.
- He creado un sitio web en el que comparto reseñas específicas sobre la calidad de los másteres de musicoterapia en España, una guía para quienes me preguntan cuál es el mejor camino formativo. Además, ayudo a otros musicoterapeuta independientes, a mejorar la calidad de su trabajo a través de supervisión y entrenamiento específico e individualizado.
- Ofrezco mis conocimientos como publicista especializada en marketing y publicidad online, capacitando a colegas para que aprendan a digitalizar adecuadamente sus servicios y a visibilizarse profesionalmente.
- Desarrollo un portal de ofertas y demandas laborales a nivel profesional e internacional, siendo muy consciente de que aún hoy, existe una notable falta de reconocimiento y respeto por quienes nos formamos día a día como terapeutas artísticos y musicales.
Hago todo esto de manera independiente, promoviendo mis propios proyectos e invitando a otros a colaborar para generar sinergias positivas dentro de nuestra área de conocimiento.
Como verás, siento una profunda debilidad por mi profesión, una dedicación sincera, inclusiva y reconozco que de a ratos pasional. Sin embargo, una pregunta no deja de rondarme por la cabeza.
¿La Musicoterapia como profesión, tiene futuro?
Durante estos últimos años de práctica profesional, y tras haber gestionado un Centro de musicoterapia y formación, donde tuve la hermosa experiencia de trabajar y brindar servicios a muy diversas personas, organizaciones, musicoterapeutas y colaboradores, persisto con la sensación de que poco ha cambiado en relación al verdadero conocimiento de lo que esta profesión es, y su reconocimiento real en la sociedad.
Este reconocimiento y valoración va mucho más allá de subir y compartir fotos bonitas apelando a la emocionalidad, que, si bien son parte de lo que puede «vender» en los medios de comunicación, a menudo muestran una realidad muy limitada y distante a lo que ocurre dentro de una sesión. Y no me malinterpretes, no estoy en contra de utilizar la publicidad y los recursos tecnológicos para darnos a conocer. ¡Ya lo ves! Soy publicista y musicoterapeuta.
Utilizo herramientas y estrategias de marketing e IA, a diario. Forman parte de mi día laboral.
Sin embargo, me refiero a la necesidad real de modificar nuestra mentalidad y transformar la manera, en que la comunidad musicoterapéutica piensa, comunica y ofrece sus servicios.

Sé que expresar mi verdad de lo que observo día a día puede resultar incómodo para muchos de ustedes; pero sin ánimos y lejos de ofender, esta es mi opinión, y la comparto con honestidad porque considero fundamental sumar nuestras voces para construir el futuro que anhelamos.
Trabajamos con algo mayor a nosotros. Algo que nos trasciende como personas individuales y estoy segura de que a todos y todas, nos mueve el mismo propósito profundo.
Llenar el mundo de música. Entendiendo aquí a la música, como un puente suave y a la vez profundo de amor, conocimiento y calma para los que sufren. O sea, el mundo entero. Incluídos tú y yo.
Abrirnos al aprendizaje de nuevos lenguajes, ¡es urgente!
Ya lo dije allá por el 2014, cuando escribí por primera vez el artículo: Y después del Máster qué? Y es evidente que hoy sigo repitiendo lo mismo con redoble de campanas. Necesitamos nuevas miradas, otras vías complementarias para abrirnos y llegar a la gente.
No basta solo con congresos, publicaciones académicas, doctorados o requisitos excesivamente largos que, paradójicamente, pueden frenar el verdadero contacto musical con la persona o el colectivo que sufre. Que por cierto: ¿Sabías que se viene el Congreso de Musicoterapia 2026 en Bologna?
A veces, siento que seguimos alimentando estructuras egoicas que ya se han desmoronado, justamente por alejarnos de la esencia pura de la aplicación de la música como terapia para quienes la necesitan. Estas dinámicas nos han llevado a generar distancia y separación.
Observo que, en ocasiones, podemos caer en un sistema que prioriza las titulaciones por encima de nuestro ser y nuestra experiencia. Esto crea una distancia fría y vacía de la auténtica experiencia musical y de la verdadera transformación.
Por mi trabajo en proyectos online, recibo mucha información a diario, y puedo asegurarles que, muchas veces, las titulaciones por sí solas no abren las puertas laborales dignas que un musicoterapeuta titulado merece. Y mucho menos hoy en el 2025. ¡Ya NO!
La realidad laboral hoy: ¿Dónde están las oportunidades?
Surgen preguntas fundamentales: ¿Qué ocurre con las titulaciones, las certificaciones? ¿Y con las bolsas de empleo específicas para musicoterapeutas?
¿Existen ofertas de empleo donde se soliciten musicoterapeutas con puestos de trabajo definidos con claridad, detallando las competencias, habilidades y requisitos, además de ofrecer una remuneración mensual o anual con beneficios, como en cualquier otro sector profesional?
¿Nos contratan realmente como «musicoterapeutas»?
Permítanme mostrarles un ejemplo, en vivo y en directo
¿Ves? Simplemente, nada.
Actualizo la fecha de búsqueda a dia 13. de Junio 2025 con la palabra clave: Experto/a en Musicoterapia.

Esto NO es un impedimento SI conoces el camino adecuado y lo aplicas
Sin embargo, esta realidad no ha sido un impedimento para muchos musicoterapeutas con muy diversas formaciones, incluida yo, que hemos desarrollado nuestra carrera profesional y vivido de nuestra hermosa profesión desde hace más de 20 años.
No ha sido tanto por el título o las condiciones laborales ideales, ni por ayudas o asociaciones, sino por nuestra fuerza de voluntad, nuestra pasión, nuestras habilidades de comunicación, nuestra capacidad para presentar proyectos, o, en algunos casos, por pertenecer a círculos o «guetos» más cerrados a los que solo unos pocos acceden. (y desde luego, este no es el camino)
Hemos salido adelante por nuestra creencia profunda en cómo la música ayuda y transforma a los seres humanos y porque queremos dejar algo bonito al pasar por este mundo.
La democratización de la música y la terapia: ¿Intrusismo o evolución?
Pero déjenme decirles que algo ha cambiado, y seguirá cambiando a pasos agigantados en la manera de trabajar, comunicar y relacionarnos.
Sin duda alguna, nuestra forma de pensar tiene que evolucionar, porque hoy, nada es como hace cinco años.
Excepto que seguimos sin ser plenamente reconocidos, sin disponer de puestos de trabajo dignos y valorados adecuadamente.
Además, existe otra realidad hoy, prácticamente cualquier persona con talento musical o artístico, o con una profesión de ayuda, puede ofrecer servicios musicales y conciertos en hospitales, centros de día, escuelas, actividades extraescolares, salas terapéuticas y en toda institución que lo requiera.
Una persona con talento, con una buena campaña de marketing y estrategia de comunicación, puede tener un mayor alcance, ayudar a muchas personas y, a veces, incluso generar más ingresos que un musicoterapeuta con una agenda completa que lo desgasta, lo cansa, enferma y encima, les pagan poco.
¿Y qué hacemos al respecto?
Sé que la respuesta inmediata para muchos es: «¡Es culpa del intrusismo laboral!». Del político de turno, de las asociaciones, del marketing, del autobombo, no me gusta la exposición, etc, etc. Es decir, siempre al afuera.
Permítanme reflexionar sobre el llamado «intrusismo laboral». A veces, esta idea surge de una resistencia comprensible al cambio y a la competencia, pero también de una postura más centrada en «tirar piedras al tejado ajeno» que en focalizarnos en ser mejores profesionales. Si nos dejamos llevar por mentalidades de control, soberbia o envidia, nos limitamos a nosotros mismos. Nos falta, a veces, la humildad y el autoanálisis (paradójicamente, para quienes nos llamamos terapeutas o psicólogos) para aceptar que nuestra elección de controlar se debe a una sensación de amenaza, y no de avance y adaptación frente a los cambios constantes. Es la vieja historia. El modelo antiguo que ya ha muerto. ¿verdad?
La Pandemia: Un punto de inflexión irreversible
A partir de la pandemia, las formas de trabajar experimentaron un verdadero quiebre y rotundo cambio, obligandonos a transitar por la tecnologia y las pantallas. Los zoom y los directos.
Esto, sin duda, para quienes mantienen sus posturas rígidas, cerradas y sin entender que es inminente encontrar un punto medio de convivencia, se dificultan a sí mismos, el acceso a nuevas posiblidades de acción e intervención. Y si sumamos a ésto la inexistencia de ofertas laborales que veníamos acarreando, es un verdadero problema.
La pandemia ha sido un punto de inflexión para impulsar un cambio rotundo en nuestra manera de pensar y de estar en esta vida. Quienes sigan viviendo en piloto automático, pretendiendo que nada pasó y buscando con urgencia volver a ser como antes, se encontrarán con una profunda desconexión con la realidad. Querer vivir como antes es la peor mentira que podemos contarnos a nosotros mismos.
La necesidad de colaboración y el futuro con la IA
Por otro lado, hablemos de las organizaciones, asociaciones y federaciones que, en teoría, se han constituido para velar por nuestra figura profesional. Sin embargo, la mayoría de nosotros seguimos buscándonos la vida solos, o constituyéndonos en grupos de trabajo improvisados, mal articulados y a penas unidos por dos o tres ideas que se disuelven a la mínima.
Si hoy, NO nos abrimos a colaborar entre todos en un formato abierto, híbrido, ecléctico, tecnológico, productivo y, a la vez, muy humano, que respete las diferencias y las maneras de ser y hacer de cada musicoterapeuta, les puedo asegurar que terminaremos destruyendo nosotros mismos lo que, en algún momento, hemos creado: la Musicoterapia como disciplina. Si es que no lo hemos hecho ya.
Con la llegada de la Inteligencia Artificial, ¿cómo crees que serán nuestras prácticas musicoterapeuticas? ¿Te has preguntado honestamente si, con la irrupción de la IA y teniendo en cuenta nuestros antecedentes laborales, los musicoterapeutas seremos necesarios en los próximos años?
La tecnología, la inteligencia artificial, el marketing y la publicidad online están hoy al alcance de todo
el mundo. Cualquier persona con una idea útil, inteligencia y perseverancia podrá crear sus propios proyectos musicales, artísticos, educativos, terapéuticos y venderlos.
Las prácticas se entremezclarán cada vez más, diluyendo todo tipo de límites que, en principio, fueron creados para determinar espacios adecuados, pero que terminaron convirtiéndose en cárceles dogmáticas y creencias rígidas que solo separan.
Y esto NO es deshumanización, intrusismo o falta de ética. Es evolución. Todo lo demás sigue siendo caldo de cultivo para la separación y la falta de claridad para avanzar hacia la libertad individual, social y mundial.
Ahora bien,hablemos de Cifras…
¿Cómo sabemos cuál es el grado real de visibilidad, comprensión y percepción que tienen las personas y las poblaciones, sobre la musicoterapia en el 2025?
Desconozco si existen cifras exactas acerca de cuánta gente sabe realmente qué hacemos o en qué consiste nuestro trabajo. Personalmente creo que no. Pero si miramos con atención, podemos intuirlo.
Lo notamos cada vez que alguien nos dice: «¡Ah! ¿Tocas canciones para niños?» o «Eso es como mindfulness pero con música, ¿no?». Y entonces respiramos profundo. Por que estamos hartos de tener que explicar que es la musicoterapia. ¡Eso ya nos dice mucho!.
Según datos de la Federación Mundial de Musicoterapia (WFMT), esta profesión sigue creciendo a nivel global, aunque con una particularidad que ya conocemos bien: no hay una regulación clara ni un consenso legal unificado sobre su estatus. En algunos países está integrada en los sistemas de salud,(lo cual tampoco garantiza que sean bien remunerados), en otros apenas se nombra, y en muchos flota en ese limbo incómodo entre lo alternativo y lo esencial. Esta ambigüedad no sólo confunde a quien busca terapia, sino también a quienes deberían contratar musicoterapeutas y no lo hacen porque no saben cómo encajarlos en una categoría profesional.
En cuanto a la forma de «comprar o consumir» esta terapia:
- Sector privado: La mayoría de los servicios de musicoterapia se ofrecen en consultas privadas, centros especializados, o a través de terapeutas independientes que ofrecen sesiones directamente a sus clientes.
Esto implica que el acceso depende en gran medida del conocimiento individual del consumidor, de su capacidad económica y de que el musicoterapeuta maneje o adquiera diversas habilidades y lenguajes provenientes de otras áreas como el marketing, la publicidad online, el desarrollo web, páginas de venta, email marketing, automatizaciones, prospección, ventas, educación financiera, y un sin fin de herramientas tecnológicas que deben saber utilizarse bajo una estrategia clara, para alcanzar a ser rentables, sin volverse locos con el uso de estas herramientas.
Lo cual seguramente termina en una web abandonada y mal hecha. O sea, camino directo a la frustración y abandono. - Iniciativas en instituciones: Cada vez más hospitales, residencias de ancianos, escuelas y centros de día incorporan la musicoterapia, pero a menudo como programas piloto, proyectos puntuales, contratación externa, y muchas veces como voluntariados, en lugar de puestos de trabajo fijos y definidos. Esto limita la estabilidad laboral y la percepción de la musicoterapia como un servicio esencial.
Quiero aclarar en este punto; que los voluntariados son hermosos, pero cuando nosotros, somos quienes elegimos que voluntariado realizar y a donde ofrecer nuestra energía. No cuando se trata de ofrecer nuestra profesión. - Percepción pública: La Musicoterapia es a menudo vista como una terapia alternativa, más que como una disciplina de la salud con base científica. Encuestas informales y la experiencia de profesionales sugieren que, si bien hay un interés creciente, el público general aún confunde la musicoterapia con actividades musicales recreativas o entretenimiento, lo que afecta su valoración profesional y el entendimiento de sus beneficios terapéututicos específicos.
Estos datos refuerzan la idea de que, a pesar del valor inherente de la musicoterapia, la falta de una estrategia unificada de comunicación y reconocimiento a nivel social y legal sigue siendo un obstáculo importante para su plena integración y la generación de oportunidades laborales dignas.
La Propuesta: Empieza en cada una de nosotras (las personas)
Frente a este panorama, creo firmemente que la solución no es la inmovilidad, sino la acción colaborativa y la adaptación inteligente. La evolución no debe ser vista como una amenaza, sino como una oportunidad para redefinir nuestro rol y asegurar nuestro futuro.
Por eso, mi propuesta es clara: «Empieza conmigo y llega hasta donde tiene que llegar.»
Como el efecto de la piedra que tiramos al agua o el proceso de producción de una onda sonora.
Hoy, te invito y te ofrezco a que te unas al Ecosistema Digital de altraforma, que he venido desarrollando durante todos estos años y que sin duda te ayudará a avanzar y reestructurar tu manera de trabajar.
Un espacio en donde podemos colaborar, aprender a digitalizar nuestros servicios, visibilizar nuestro trabajo, y construir juntos un futuro más sólido para la musicoterapia. Aquí, comparto las herramientas y el método que he venido utilizando desde mis inicios, para navegar en estos desafíos y crear un ecosistema profesional que realmente nos valora.
¿Estás listo para unirte a esta ola de transformación y dejar de lado polaridades que no suman, para construir juntos el futuro de la musicoterapia?
Agenda una entrevista personalizada para explicarte cómo funciona y ayudarte paso a paso.
Es Exclusivo para musicoterapeutas titulados o a punto de titularse.
Agenda aquí: https://api.funnelup.io/widget/booking/QoAHoh9tnPKSQ14Hodo9