Recursos de musicoterapia para personas con TEA
Acercando el trabajo del musicoterapeuta
El musicoterapeuta hace uso de los elementos intínsecos de la música (ritmo, melodía, armonía), más su propia musicalidad, para acompañar y estimular a las personas que tienen TEA.
Veamos a continuación algunos de ellos.
El rítmo como elemento que ordena.
El niño con autismo tiene sus propios ritmos no es arrítmico, Hablar de a-ritmia es hablar de ausencia de. En el caso de los niños con autistmo podríamos hablar de dis-ritmia o dificultad para adecuarse a los ritmos externos, pero él se balancea en un ritmo, tiene estereotipias motoras en su ritmo, tiene la respiración en su ritmo y las ingestas en sus propios ritmos que generalmente no coinciden con los de su familia.
El musicoterapeuta utiliza el ritmo de diversas maneras, teniendo pleno dominio y conocimiento de lo que está haciendo y para qué lo hace. Puede percutir cuidadosamente, previo consentimiento de la personas, en su cuerpo, introduciendo también delicadamente el contacto. Ejecuta movimientos pausados y sincronizados utilizando el "tempo", ostinatos" con cadencias de velocidad en sus acción.
Sensaciones visibles de bienestar, estimulantes y relajantes.
La Voz como camino hacia el lenguaje y la expresión
Es notorio y experimentado que a las personas con TEA, trastorno de espectro autista, les agrada la voz más que ninguna otra forma o presentación del sonido. De las cualidades del sonido, el timbre juega el papel terapéutico más importante.
El timbre de la propia voz del terapeuta musical, es el instrumento más cercano del que dispone.
La utilización de la voz como elemento dinámico y relajante supone una forma de contacto directa y cálida con el autista. La capacidad por parte del terapeuta de saber proyectarla, modularla y regularla, es un elemento clave para los logros que se pretenden.
Las alteraciones, intensidades, guturalidades, chasquidos, quejidos, gorgoritos, risas, llantos... que puede emitir el instrumento voz, abarca el cúmulo de posibilidades rítmicas y las cualidades de altura tonal, intensidad, duración y timbre. El autista valora la voz, la palabra, precisamente aquello de lo que él (en muchos casos) carece, víctima de su hermetismo en el habla.
Las alturas tonales, junto a la intensidad (otra cualidades del sonido), sitúan al individuo autista en el límite de la frontera entre la ansiedad, el nerviosismo, la angustia... y la placidez, serenidad y recogimiento.
El juego
Durante la terapia musical debe reservarse un tiempo para el juego, éste puede incluir:
a) Canciones específicas y personales con el nombre del niño y su entorno afectivo familiar,
b) Una improvisación ordenada y dirigida tanto por parte del terapeuta como del/los individuos que acuden a la sesión,
c) El relato de cuentos y su escenificación.
También puede planificarse una experimentación tímbrica sonora (mediante órgano – piano),donde la persona conecte con el teclado a la vez que el terapeuta va cambiando registros y timbres instrumentales.
En algunos casos, este contacto le sirve al niño también como ejercicio psicomotriz de digitalización.
Espacio de musicoterapia para personas con TEA
En nuestro espacio de trabajo ofrecemos sesiones de musicoterapia para personas con TEA de todas las edades.
Somos un equipo de profesionales formados en musicoterapia, arte-terapia, terapia gestalt, educación musical, educación infantil y terapia ocupacional.
Estamos en el barrios del Guinardó, Barcelona.
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