Escrito por Isabel Muniente
Ejercicio de improvisación
Coloca los cinco dedos de cada mano encima de cinco teclas seguidas (pueden ser blancas o bien negras y no tiene por qué ser las mismas para cada mano), e imagina que una simboliza un estado anímico opuesto al de la otra, (por ejemplo, apatía-hiperactividad, alegría-tristeza, serenidad-caos)
Empieza con la mano izquierda a tocar alternando los dedos creando un segmento melódico (en el registro grave laten posibles contextos armónicos), a continuación responde con la derecha imprimiendo claramente más actividad, o mucha menos, según los papeles que has imaginado.
En el cultivo de ese contraste (pregunta-respuesta) encontrarás sentido a tu improvisación.
No cabe duda que, al principio la decisión de una idea melódica o rítmica supone dudas, rectificaciones, volver atrás en el tiempo, avanzar de nuevo.Todo ello forma parte de la formalización del Yo subjetivo, el cual va aflorando en lógica inadaptación a la pulsación regular que exige (no siempre!) la música: es la fase más explosiva del proceso.
Naturalmente, en seguida se irán seleccionando los materiales y se irá definiendo la estructura y el tempo musical. En este ejercicio de improvisación concreto, lo más seguro es que el gran contraste entre las dos manos que se habráa establecido al principio, se vaya atenuando, matizando de manera que empiece a dominar un único color y desaparezca la dialéctica.
Cuán útil y necesario es el dominio de este recurso para los profesionales de la musicoterapia, sobre todo en lo que se refiere al Teorema de Iso, y del cual ya hablaremos más adelante.
Importante: repite aquello que te haya gustado o impactado más e irás definiendo un camino. Al cabo de 5 ó 6 minutos intenta concluir y cerrar no sin antes recordar la primera frase importante que hiciste. Quizás te parezca muy difícil las primeras veces, pero poco a poco mejorarás, tanto en las ideas como en la informatización.
Cada vez que practiques:
- titula tu sesión,
- memoriza una frase principal (leitmotiv) que identifique tus distintas canciones.
- También es muy bueno asociar a cada ejercicio una imagen.
Es lógico asociar la improvisación a la composición en marcha, sobretodo porque dar rango, particularidad, distinción a tus hijos musicales ayuda mucho a convencer a la parte racional, lógica y autoprotectora de tu ser de los beneficios de la libertad expresiva.
¡Qué bueno es perder el miedo! … Atrévete a grabar alguna sesión. Registra la experiencia en una libreta especial, muy privada y mima tu trabajo!