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¿Cómo criar a nuestros hijos hoy?

Un desafío para padres y educadores.
La vida se aprende haciendo con las manos, con ensayos y errores.

Cómo criar a nuestros hijos hoy en un mundo que ya no se parece al que conocimos

– Sin duda, el aprendizaje y crianza en la era digital es un desafío para padres y educadores-.

¿Cómo criar a nuestros hijos hoy?
¿Cómo criar a nuestros hijos hoy?

Criar, educar y proteger a los hijos en pleno siglo XXI se parece cada vez menos a una tarea y más a un acto de resistencia poética. Porque ¿cómo enseñar a caminar a alguien cuando el suelo cambia de forma a cada paso? ¿Cómo poner límites cuando el mundo que los rodea no los tiene? Y sobre todo: ¿cómo cuidar cuando la amenaza ya no acecha desde la calle, sino desde una pantalla que llevan en el bolsillo?

Las nuevas necesidades de siempre

Los niños de hoy no son muy distintos a los de antes: siguen necesitando comer, moverse, abrazar, jugar, fallar, volver a intentar. Lo que ha cambiado —y mucho— es el contexto. Ese escenario vertiginoso que mezcla hiperconexión con aislamiento, sobreinformación con ignorancia selectiva, y estímulo constante con vacío emocional. Como si educar en esta época fuera como querer llenar una cesta rota: por más que pongas, algo se escapa.

El psicólogo Félix López propone una clasificación sensata de necesidades básicas: físicas, emocionales, sociales y cognitivas. Pero en la era digital, cada una de ellas se estira, se deforma, se vuelve más urgente… y también más difícil de satisfacer.

¿Qué necesita su cuerpo?

Oxígeno, verduras y correr al aire libre. Elemental, sí, pero ahora parece un lujo. Los parques se vacían mientras las habitaciones se iluminan con el resplandor azul de las tabletas. Nuestros hijos se mueven menos que los muebles, y comen con una mano mientras la otra juega a matar dragones en una app.

Y sin embargo, nada sustituye al sol en la cara, a la rodilla raspada, al cansancio después de saltar diez veces seguidas. El cuerpo —ese sabio olvidado— sigue pidiendo lo mismo de siempre: atención, movimiento, cuidado.

Seguridad e intimidad: ¿proteger o invadir?

Nuestros abuelos temían que un desconocido se les acercara en la calle. Hoy, ese desconocido entra por la cámara frontal. Padres y madres caminan sobre una cuerda floja: quieren cuidar sin asfixiar, informar sin vigilar, acompañar sin convertirse en espías domésticos.

Pero el problema no es solo el «peligro online». Es también el exceso de exposición, el déficit de intimidad, la pérdida del silencio. ¿Quién educa en la pausa, en el no saber inmediato, en la necesidad de estar a solas… sin estar solo?

¿Qué necesita su corazón?

La paradoja duele: nunca han estado tan conectados y nunca se han sentido tan solos. Las redes prometen comunidad, pero muchas veces solo ofrecen vitrinas donde exhibir lo que no se es. La soledad de los jóvenes no es nueva, pero ahora tiene Wi-Fi.

El corazón de un niño necesita vínculos verdaderos, presencia adulta, miradas que no se distraigan. Necesita referentes que no cambien de opinión cada quince segundos, y modelos que no vengan con filtros.

Y sobre todo necesita tiempo. Tiempo compartido. Porque la vida se aprende con las manos, no con tutoriales de YouTube.

¿Y su mente?

Aprender no es acumular datos, sino encontrar sentido. En un mundo donde todo parece «accesible», lo que escasea es el significado. La cultura, el arte, la música, son más que actividades extraescolares: son brújulas. Y a menudo, las únicas que nos quedan.

La tecnología puede ser una aliada, sí. Pero si no hay criterio, no hay conocimiento. Un niño puede saber más de dinosaurios que su profesor, y no tener ni idea de cómo decir “gracias”.

Entre la saturación y la ausencia

Vivimos entre dos extremos inquietantes: la sobreestimulación digital y el empobrecimiento emocional.

El 20% de los adolescentes sufre problemas de salud mental. Los suicidios juveniles ya no son tabú, son estadística. La presión de parecer perfectos —y felices— en redes los ahoga en silencio.

Pero también los golpea la desigualdad, la exclusión, la pérdida de identidad. Muchos jóvenes no solo no saben quiénes son; ni siquiera tienen dónde buscarse. En ese escenario, la música aparece no como adorno, sino como salvavidas.

Musicoterapia: cuando la música llena el vacío que las palabras no expresan

Hay algo en el sonido que atraviesa las defensas. Una melodía puede calmar un berrinche, una percusión puede canalizar la rabia, una letra puede decir lo que uno no sabe cómo nombrar. La musicoterapia no es magia, pero se le parece.

  • La música ayuda a regular emociones. A bajar el volumen del mundo y subir el del yo interior.
  • Estimula la mente. Mejora la atención, la memoria, la concentración. Todo eso que los algoritmos están erosionando.
  • Fomenta lo social. Hacer música en grupo implica escucharse, coordinarse, respetarse. En otras palabras: humanizarse.
  • Refuerza la autoestima. Porque crear algo bello da sentido. Y sentirse capaz, en medio de tanta exigencia, es casi revolucionario.
  • Y nos devuelve el cuerpo. Cantar, moverse, improvisar. Es volver a habitar el cuerpo que a veces queda abandonado frente a las pantallas.

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Hoy existen terapeutas musicales especializados en musicoterapia infantil, como también servicios y productos que pueden ser utilizarlos en casa o en el aula, para compartir y disfrutar con tus hijos.

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Lecturas recomendadas para padres conscientes

talleres de musicoterapia

En conclusión: criar hoy es bailar con la incertidumbre

No hay manual definitivo. Solo brújulas: presencia, escucha, límites con ternura, espacios de juego, tiempo compartido. Educar hoy es un ejercicio de valentía. Un acto de fe en medio del ruido. Y quizás —solo quizás— una forma de cambiar el mundo, uno por uno, nota por nota.

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Espero que este artículo te haya sido de utilidad y te veo en próximas entregas.

Resumen
Nombre del artículo
Aprendizaje y crianza en la era digital: Un desafío para padres y educadores.
Descripción
Reflexiones y aportaciones dirigidas a padres y madre. Herramientas y recursos que nos permiten mejorar el bienestar y el aprendizaje de niños y adolescentes en la era digital.
Autor
Publisher Name
Lamusicoterapia.com

Gina es Musicoterapeuta egresada de la Universidad de Girona y se especializa en la creación de talleres y sesiones de musicoterapia para niños, niñas y adolescentes con el espectro autista. Ofrece sesiones de musicoterapia individuales y grupales a personas con TEA.

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