Del 3 al 7 de diciembre del 2019, llevamos a cabo en la hermosa Ciudad de México, el primer encuentro internacional de introducción a la musicoterapia y al método DMI, dinámica musical integrativa.
Durante cinco días intensivos, las alumnas desarrollaron prácticas, jugaron y descubrieron diferentes técnicas a utilizar durante una dinamización musical.
El trabajo se desarrolló entorno a las similitudes y diferencias entre la educación musical, un musicoterapeuta y un dinamizador musical.
Todas las profesiones utilizan la música, pero cada una de ellas, tiene objetivos diferentes, modos de implementación y ámbitos de actuación muy diversas.
Llevar la mirada terapéutica desde la musicoterapia e integrar los conocimientos musicales que vienen de la educación musical, dan vida al método DMI. Un entrenamiento centrado en el liderazgo del dinamizador.
La Asociación Internacional de Musicoterapia define a nuestra profesión de la siguiente forma:
"Musicoterapia es la utilización de la música y/o de sus elementos (sonido, ritmo, melodía y armonía) por un Musicoterapeuta calificado, con un paciente o grupo, en un proceso destinado a facilitar y promover comunicación, aprendizaje, movilización, expresión, organización u otros objetivos terapéuticos relevantes, a fin de asistir a las necesidades físicas, psíquicas, sociales y cognitivas.
La Musicoterapia busca descubrir potenciales y/o restituir funciones del individuo para que el / ella alcance una mejor organización intra y/o interpersonal y, consecuentemente, una mejor calidad de vida. A través de la prevención y rehabilitación en un tratamiento."
Un musicoterapeuta es un profesional formado en ámbitos de la salud, la educación, la terapia, la música y que utiliza como herramienta de trabajo, la música, sus elementos, los sonidos, los instrumentos musicales y que implanta un proceso de trabajo con el usuario o grupo, en función de las necesidades propias de cada interesado.
Un musicoterapeuta puede ser psicólogo, maestro, músico, médico, terapeuta de diversas ramas y que integra todos sus conocimientos en favor de dicho proceso.
Un musicoterapeuta utiliza y aplica diversas técnicas propias de la musicoterapia y también de otras disciplinas, adaptando así sus intervenciones a cada grupo de trabajo.
Un musicoterapeuta en una mezcla entre artista y terapeuta y es en sí mismo, el propio instrumento de trabajo. Ya que para poder descubrir y potenciar la capacidad y el ser musical de quien tiene en frente, es necesario conocer y descubrir su propio ser musical.
Estoy convencida de que la única manera de vivir la música en primera persona, es haciendo y no diciendo.
Baso todo mi trabajo, en la experimentación corporal, vocal, musical e interpretativa, con el único objetivo de conectar a los alumnos y alumnas con emociones, sentimientos y pensamientos reales, que nacen desde dentro, para así humanizar los procesos de acompañamiento.
Es por eso, que el método DMI, ha sido creado y planteado como un entrenamiento semi-presencial de 10 meses de duración, que ofrece herramientas musicales y artísticas para ayudar a profesionales y estudiantes de ámbitos sanitarios, educativos, terapéuticos y sociales a crear, planificar y ejecutar entornos saludables a través de la música y sus elementos, sin necesidad de intervenir de forma terapéutica o clínica, si no es su campo de actuación.
En esta ocasión las alumnas que participaron, vienen del ámbito de la educación, la salud, la danzaterapia y la rama artística.
Todas ellas interesadas en reciclarse, tomar la experiencia como punto de trabajo personal y posterior desempeño profesional.
Nos visitaron desde Argentina, Colombia, Girona, Ciudad de México, Hermosillo, entre otras localidades.
Desde espacio altraforma Barcelona, agradecemos muy cálidamente vuestra participación.
Hasta nuestro próximo encuentro.
Fórmate en el método DMI, Dinámica Musical Integrativa
Si te gusta la música y quieres enriquecer tu trabajo, con dinámicas útiles y creativas, no dudes en conocer este método. Puedes ver todo nuestro trabajo aquí: www.metododmi.com
Hasta el próximo encuentro.
Un saludo,
Cecilia