Musicoterapia como profesión
Recordando el vínculo entre musicoterapeuta y cliente.
De lo contrario, la terapia no existe.
A diario me encuentro con personas que asocian la musicoterapia con escuchar canciones, letras y establecen así una especie de recetario musical a utilizar en diferentes momentos.
También lo veo en artículos y escritos publicitarios que persiguen un fin comercial y que nos muestran fotos de barrigas con auriculares mientras las madres se pintan las uñas o cosas similares.
De esto, un montón...
Y está muy bien si lo miramos desde un punto de vista meramente comercial y que persigue un objetivo claro de venta que en muchas ocasiones son de productos o artículos que nada tienen que ver con la profesión del musicoterapeuta.
Esto, a veces, juega en contra del verdadero trabajo psicoterapeutico. Nada tiene que ver con un trabajo a consciencia entre dos o más personas que desean abordar y mirar los obstáculos que quizá hoy, le impiden avanzar sanamente en sus vidas diarias.
Pensemos junt@s:
¿Qué tipo de contacto y conexión puede tener la madre con su bebé si lo que se percibe a través de la imagen, es que mientras ella se pinta las uñas, pone un aparato entre medio que dividen todo tipo de espacio de contacto entre feto y madre?. Pues esto no contribuye a ningún tipo de trabajo expresivo, creativo ni mucho menos terapéutico.
Lo mismo ocurre al interpretar una obra, cantar o escuchar canciones de todo tipo.
Esto ya es un acto en sí mismo recomendable y saludable para cualquier ser humano, pero trabajar con música para acompañar y lograr objetivos terapéuticos es muy distinto. Es importante diferenciar estos aspectos, y no caer en la generalidad de que todo es terapia.
Por supuesto que existen distintos puntos de vistas y corrientes con sus propios fundamentos, pero para decidir cual de ellos encaja en nuestra manera de ser, de sentir y de pensar, es importante documentarse, leer, experimentar y tomar nuestras propias decisiones con un criterio propio; sobre todo dentro de esta familia de terapias llamadas creativas, en donde se tiende a confundir el trabajo terapéutico, y se tachan de banales las dinámicas específicamente desarrolladas para la consecución de objetivos antes definidos por un equipo o, por el propio usuario y terapeuta.
Como en cualquier otro abordaje terapéutico, en la musicoterapia es necesario que el musicoterapeuta establezca una relación con el usuario, y mediante la música, acompañar al usuario o grupo, en un proceso de trabajo que se pauta, define y finaliza en su momento, según sea el caso.
Por lo tanto, detrás de un trabajo musical terapéutico, hay muchas variables que se ponen en juego y que varían para cada caso; y para ello se necesita de un profesional cualificado, trabajado personalmente y formado para ejercer de terapeuta musical con personas o grupos.
El instrumento de trabajo es la música, pero no es lo mismo trabajar con música en un grupo de estimulación temprana para niños, que para un grupo de personas afectadas de parkinson o demencias.
La musicoterapia cómo profesión tiene muchos y diversos ámbitos de intervención, y cada uno de ellos debe ser abordado con la profesionalidad y especialización adecuada a cada caso.
... en un trabajo terapéutico es importante defender el proceso ya que sin él, no hay transformaciones posibles.
También es importante defender el proceso como en cualquier acción educativa y de crecimiento. Así como el niño se desarrolla poco a poco y va adquiriendo madurez y conocimientos gracias a la ayuda de sus mayores, en un trabajo terapéutico es importante defender el proceso ya que sin él, no hay transformaciones posibles.
Bueno, estas son algunas de las reflexiones que se me ocurre compartir en estos momentos de tanto bombardeo informativo.
Ojalá les sea de utilidad y ayude a arrojar un poquito de luz entre música, musicoterapia y a la comercialización de la información.
Hasta la próxima,
Cecilia Barrios