El movimiento está compuesto por tres elementos fundamentales en los que se basa el Sistema Laban:

I. EL ESPACIO. Laban lo concibe a partir del cuerpo de la persona que baila y de sus límites, estando estos delimitados por el radio de acción normal de los miembros del cuerpo en su máxima extensión a partir del cuerpo inmóvil. A este espacio le denomina “Kinesfera”, y es el espacio en que el cuerpo puede moverse. Las tres dimensiones de este espacio son: vertical, horizontal y transversal, y corresponden respectivamente a la altura, a la anchura y a la profundidad del mismo. Los gestos se dirigen y se orientan en este espacio siguiendo doce direcciones. Estas se obtienen mediante la combinacion dos por dos de las tres dimensiones:
  •  vertical (arriba-abajo),
  • horizontal (izquierda-derecha),
  • transversal (delante-detrás).
De este modo se obtienen las direcciones: 1. arriba-derecha; 2. abajo-detras; 3. izquierda-delante; 4. abajo-derecha; 5. arriba-detras; 6. derecha-delante; 7. abajo-izquierda; 8. arriba-delante; 9. derecha-detrás; 10. Arriba-izquierda; 11. Abajo-delante; 12. Izquierda-detrás. Laban elige como contenedor del cuerpo humano una esfera imaginaria en el centro del cual se encontraría el ejecutante. Los puntos de intersección de las direcciones forman las cúspides del cuerpo que posee algo de la esfera y del cubo al mismo tiempo, y que se llama icosaedro (el poliedro regular más cercano a la esfera).   En el interior del icosaedro el hombre puede moverse, ejecutar gestos (movimientos en el espacio que no desplazan peso) y pasos (movimientos que desplazan el centro de gravedad) siguiendo tres direcciones: de delante a detrás, de abajo arriba (imaginando unos pasos que no sean los ejecutados con los pies) y de derecha a izquierda. El espacio es donde sucede el movimiento.  

Hay dos modos de abordar el espacio: Directa o indirectamente.

II. EL TIEMPO. Con el fin de imprimir al movimiento desarrollado en el espacio una gama de expresión, Laban dota al movimiento de duración, velocidad y ritmo. La combinación de estos tres factores contribuye a la riqueza de la expresión. Cuando sucede el movimiento y cuanto se necesita para completar la acción. El tiempo puede ser rápido o lento.   III. LA ENERGÍA.

Laban considera también la energía (fuerza o peso) como un elemento esencial para la expresión del gesto. La toma de conciencia del peso permite al ejecutante vencer la fuerza de la gravedad y variar así la calidad del dinamismo del movimiento. La energía responde a la pregunta: ¿cual es el impacto de mi movimiento?, y este puede ser fuerte o débil.

  De las diferentes combinaciones de los elementos del movimiento y las acciones de base surgen las calidades o acciones de movimiento:  
  • Arremeter: peso fuerte, tiempo rápido, espacio directo.
  • Empujar: peso fuerte, tiempo lento, espacio directo.
  • Deslizar: peso suave, tiempo lento, espacio directo.
  • Flotar: peso suave, tiempo lento, espacio indirecto.
  • Retorcer: peso fuerte, tiempo lento, espacio indirecto.
  • Sacudir: peso suave, tiempo rápido, espacio indirecto.
  • Toques leves: peso suave, tiempo rápido, espacio directo.
  • Latiguear-azotar: peso fuerte, tiempo rápido, espacio indirecto.
  Cada una de estas acciones contiene tres de los seis elementos del movimiento (directo – indirecto, rápido – lento, fuerte – débil), tomados, uno del espacio, el otro del tiempo, y el tercero de la energía. Sugerencias discográficas:  
  • Las Voces Búlgaras Wim Mertens
  • Banda Sonora de Nómadas del Viento (Joan Valent).
  • Ars ensemble Goran Bregovic.
  • (varios) Alicia keys (the diary) Lambarena.
  • Bach in África

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