Comunicación intrauterina
¿Qué es la comunicación intrauterina?
Escrito por Gabriel Federico
La comunicación entre los seres humanos comienza desde que las mujeres llevan a sus hijos en su vientre, está comprobado que los fetos responden activamente a los estímulos maternos, ya desde el cuarto mes de gestación.
El aparato auditivo del bebé por nacer se termina de desarrollar aproximadamente al 3 mes y medio, recién después de ese tiempo de gestación comienza a captar los sonidos, primero del interior y luego del exterior de su madre.
Es a través de los sonidos, recibirá la información más rica y variada.
El cuerpo de la futura mamá no es para nada silencioso. En el amnios, que es la cara interna del útero, hay una atmósfera sonora. Allí tenemos los sonidos de la actividad cardiovascular de la futura mamá, la circulación de la sangre a través de la placenta, el ruido del aparato respiratorio, el digestivo, el latido cardíaco del feto, sus propios movimientos y los sonidos exteriores inclusive siendo más atenuados por la pared abdominal en las frecuencias más agudas.
Todos estos sonidos están en funcionamiento las 24 hs y se encuentran en un rango de 30 a 96 decibeles.
Pero hay un sonido en especial que es el de la voz de la mamá, este sonido difiere de los demás ya que el bebé por nacer no solo lo puede oír, sino que en el momento que se hace presente percibe su vibración. El liquido amniótico es un excelente conductor de las vibraciones del aparato fonador materno, por lo que el futuro bebé cuando escucha la voz de su madre también percibe la vibración que esta le provoca.
Deliege y Sloboda en su libro “Musical beginings” de 1996 cuentan como su experiencia con hidromicrófonos reveló que el útero es un lugar muy poco silencioso, comparable a lo que nosotros podríamos experimentar en un ámbito entre 50 y 60 decibeles.
La música opera como neurotransmisor interactivo, actuando directamente sobre el sistema neurovegetativo, celular e hipofisiario del feto, dejando impreso un registro a modo de huella ; de ese modo van a quedar grabados en el futuro bebé diferentes sensaciones que le remitirán una vez nacido a ese estado placentero que vivió durante su gestación.
El futuro bebé es receptor directo de la sensación emocional que la música le provoca a su madre, y teniendo en cuenta que la audición es el único sentido que lo conecta con el exterior y a su vez es el que más se puede estimular; es posible tener bebés que cuando son aún muy pequeños tengan la capacidad mental de poder relacionar y asociar antes de lo esperable.
Por ejemplo: asociar melodías con estados intrauterinos, fijar la atención antes que otros bebes o reconocer voces y sonidos entre otras cosas.
Hemos podido comprobar con ecografías que los bebés antes de nacer reaccionan de muchas maneras ante diferentes tipos de estímulos musicales.
Para esta experiencia aplicamos directamente sobre el vientre materno diferentes músicas mediante dos parlantes pequeños que se ubican según la posición fetal.
La primera conclusión que llegamos fué que en todos los casos se da un incremento de más del 10% de la frecuencia cardiaca fetal, y que esto se produce en el mismo momento que comienza el estimulo.
Observamos también que cuando la música es reconocida por el bebé, este lo manifiesta succionando, incrementando sus movimientos respiratorios intrauterinos, cerrando y abriendo sus párpados, siguiendo la fuente emisora de sonido con movimientos de su cabeza, y con movimientos suaves de sus miembros superiores e inferiores.
Cuando la música no es reconocida solamente se registra la aceleración de su frecuencia cardiaca. Todos estos signos nos muestran una muy buena vitalidad fetal, como también nos permiten saber si tiene o no problemas de audición antes de los 6 meses y medio de vida intrauterina.
Los movimientos activos de sus miembros (brazos y piernas), le permitirán al bebé por nacer una mayor oxigenación, esto incrementa el intercambio de fluidos vía placentaria.
Cuando el bebé nace, después de hacer un esfuerzo físico muy importante, entra en contacto con muchas sensaciones nuevas, luz, la temperatura, texturas, lo lavan, lo secan, lo miden, lo visten, etc., hasta que llega a su mamá. Pero su olor también es nuevo, como lo es su imagen y el entorno. Hasta que casi instintivamente se lo pone sobre su pecho y así puede oír nuevamente su latido cardíaco comenzando así una nueva etapa.
El bebé enseguida reconoce este sonido y se calma porque es el ritmo que estuvo oyendo durante mucho tiempo, comienza a asociar ese olor con lo que a él le llega a través de ese latido cardíaco. Después abre los ojos, aparece la mirada, aparece la voz de su mamá que también reconoce y así continúa asociando instintivamente. Es allí donde comienza a desarrollarse lo que llamamos el vínculo extrauterino.
Si compartimos con nuestros bebés antes de su nacimiento músicas muy relajantes que permitan a sus futuras mamás estar más tranquilas y conectadas con la gestación ; nos estaremos asegurando embarazos y nacimientos con actitudes diferentes, como por ejemplo con menos temores y con muchas ganas de disfrutar todos los momentos.
Las futuras mamás emocionalmente podrán abrirse, compartir y dejar salir todo lo que tienen dentro para que, en el momento del final del embarazo puedan, metafóricamente abrirse y dejar salir al Ser que llevan dentro.