No es necesario llegar a tener una patología diagnosticada, para obtener beneficios de trabajar en entornos saludables e incorpar el arte, en especial la música, para dotar de autoconocimiento, técnicas innovadoras y creativas para sostener la sanidad física, mental y emocional.

Da igual el espacio de trabajo, el tipo de trabajo que desempeñes; o cuántas personas puedas tener a tu cargo.

​Lo esencial, es que eres un ser humano que necesita en muchas ocasiones, una espacio para la tranquilidad y para la descongestión de muchas emociones tóxicas, que vamos acumulando día a día.

Si bien sigue existiendo una cierta resistencia a éste tipo de actividades, dentro de organizaciones empresariales, también es verdad que se está viendo un cambio considerable y favorable entre los sectores que desempeñan trabajos más sociales y de ayuda a las personas.

Tengo pruebas más que suficientes  para certificar que la música utilizada dentro de grupos​ de personas, más allá de la edad, su cultura, localización o interéses personales; es una herramienta  que favorece enormemente la comunicación, la salud emocional, la toma de contacto con nuestras sombras y el aprendizaje que ella nos trae, y sobre todo es un conductor de paz y tranquilidad, entre muchas tantas cosas más...

El método DMI ó Dinámica Musical Integrativa, es una apuesta personal que vengo desarrollando dentro de todos mis años de labor educativa, terapéutica y social; y que pretende ofrecer claridad, orden y visibilidad a todas las áreas de estudio que ofrece la música.

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