¿Cuál es la idea que tienes sobre la musicoterapia?
Preguntó Cecilia, al principio de su charla.
Parte 1: La presentación
Cada año Cecilia Barrios es invitada por diversos Colegios, a dar una Charla-Taller sobre musicoterapia y como la música puede ayudar a las personas; no sólo a aquellas que sufren alguna patología, sino a "todas".
El salón de actos, estaba lleno de adolescentes mujeres: todas ellas, estudiantes de entre 14 y 15 años, más profesores y yo. (Tatiana Lorio, quien escribe)
Entre las ideas sobre musicoterapia, se encontraban creencias como:
- La musicoterapia es para una persona que está mal y el profesional le pone una música que le ayuda.
- Es para personas arrítmicas, por ejemplo.
- Es para personas que tienen algún problema o enfermedad.
Yo también pensaba que había personas arrítmicas, pero rápidamente en la charla aprendí y pude comprender, que esto no es del todo cierto. Es una creencia un tanto sesgada.
No hay nadie arrítmico. Hay diferentes vidas, diferentes maneras de ser, de aprender y de estar en este mundo. Y eso, tiene como resultante diferentes tipos de ritmos”. Todos tenemos un ritmo diferente.
Cecilia comenta, que en su trabajo como musicoterapeuta, utiliza el ritmo, la armonía y la melodía continuamente; pero que estos tres elementos se aplican desde diversas técnicas, en función de las diferentes personas o ámbitos en los que se desenvuelve. Por lo tanto, afirma que la musicoterapia no es algo que pueda describirse unilateralmente o que se aplique en forma esquematizada para todo el mundo.
La música utilizada a conciencia es una herramienta que conecta con el mundo emocional de las personas y esto se establece en una conexión única y personal entre el usuario y el terapeuta que utiliza la música como medio.
Entre explicación y explicación, Cecilia fue haciendo participar a las chicas y mientras ellas se reían al cantar y bailar Daddy Yankee, pudo apuntar que la musicoterapia no siempre es divertida. Y si bien utilizamos el sentido del humor, trabajar terapéuticamente con música es algo serio y muy humano. Añadió que ella, como musicoterapeuta, trabaja directamente con el sufrimiento de las personas y para ello, hay que trabajar-se mucho a nivel personal.
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Parte 2: La vergüenza
La vergüenza forma parte del ser humano y en muchas oportunidades sale a pasear cuando realizamos actividades y propuestas que nos sacan de nuestra zona segura. Y mucho más en la etapa en la que se encuentran hoy, estas adolescentes.
Trabajar entonces desde el humor, resultó en este caso, una experiencia positiva, en dónde hubo risas, felicidad, movimiento, toma de conciencia y hasta alguna de ellas expresó que fue una clase tan experiencial, que no se la va a olvidar.
La vergüenza, según como la experimentes, puede frenarte, bloquearte e impedirte avanzar y obtener lo que quieres en tu vida, dijo Cecilia. Y trabajarla desde el respeto, con herramientas que te provee la musicoterapia y el arte en general, nos permite de una manera natural y amorosa, transitarla y aprender de ella.
Cecilia concluyó agradeciendo a las alumnas por su participación diciéndoles:
“con vergüenza y todo, estás aquí, has participado y lo has podido hacer.” El hacer visible esto y acompañarles a que tomaran conciencia de sus cuerpos, de lo que se dicen a ellas mismas y entre ellas, y de como se tratan, ayudó a que muchas se “responsabilizaran de sus propias actitudes.”