La Musicoterapia tiene una base sólida en su teoría y su práctica, la cual ha generado múltiples estudios científicos que revelan los beneficios que se obtienen al aplicar sus técnicas en la educación y en la salud de las personas.

Introducción:

La música ha sido parte de la experiencia humana desde tiempos inmemoriales, como evidencia el hallazgo de flautas de más de 30000 años de antigüedad en Sumeria. La influencia de la música en el cerebro ha sido objeto de estudio en diversas disciplinas, desde la neurociencia hasta la psicología. A continuación, exploraremos algunos de los efectos más destacados que la música tiene en nuestro cerebro, respaldados por investigaciones científicas.

1. Escuchar o hacer música mejora nuestro estado de ánimo:

Numerosos estudios han demostrado que escuchar música puede mejorar el estado de ánimo y reducir los síntomas de depresión y ansiedad. 

Un estudio publicado en la revista Psychological Science encontró que la música puede activar el sistema de recompensa del cerebro, liberando dopamina, un neurotransmisor asociado con el placer y la recompensa (Salimpoor et al., 2011). 

En la prehistoria ya utilizábamos la música para celebrar la cacería, ahuyentar enfermedades, calmar a los niños... Antes de la Primera Guerra Mundial, Eva Vescelius se reveló como pionera utilizando el fonógrafo para aliviar las tensiones en el preoperatorio de pacientes hospitalizados.

La música favorece el estado de ánimo positivo y la calma, elementos clave para la salud mental.

2. Combinar la educación y la música es clave para la estimulación cognitiva:

La música también tiene un impacto positivo en las funciones cognitivas. Investigaciones han mostrado que aprender a tocar un instrumento musical puede mejorar habilidades como la memoria, la atención y la capacidad de resolución de problemas. Un estudio de la Universidad de Toronto encontró que los niños que recibieron educación musical mostraron un mejor rendimiento en tareas de memoria y atención en comparación con aquellos que no recibieron dicha educación (Schellenberg, 2004). Partiendo de mi propia experiencia, he visto como la música devuelve las palabras y las emociones a personas con Alzheimer, de repente el tartamudeo se transforma en una palabra clara, la mirada perdida se encuentra de nuevo en los ojos del que lo acompañan.

3. Melodía, ritmo y armonía, las mejores vitaminas para la memoria:

La música puede ser una poderosa herramienta para mejorar la memoria. Un estudio realizado por la Universidad de California en Irvine demostró que las personas que escuchaban música mientras aprendían nueva información recordaban mejor esa información en comparación con aquellos que aprendían en silencio (Rauscher et al., 1993). Esto se debe a que la música puede crear un contexto emocional que facilita la retención de información. Si hay un tipo de música que aumenta esa estimulación cerebral es la música clásica. La ausencia de letra y su ritmo armónico evitan las distracciones y crean un fondo sonoro que facilita la concentración a la vez que minimiza la fatiga mental.

4. Si padeces de estrés la música es tu remedio más natural:

Escuchar música también se ha asociado con la reducción del estrés. Un estudio publicado en The Journal of Advanced Nursing encontró que la música puede disminuir los niveles de cortisol, la hormona del estrés, en pacientes que se someten a procedimientos médicos (Bradt & Dileo, 2014). La música suave y relajante, en particular, ha demostrado ser efectiva para inducir un estado de calmaIsa Maud Ilsen trató a los soldados afectados con neurosis con música demostrando su eficacia y contribuyó a la profesionalización de los musicoterapuetas formando la National Association for Music in Hospitals en 1926.

5. El lenguaje y la música van de la mano:

La música estimula el hemisferio izquierdo del cerebro el cual gestiona la lógica, el lenguaje y las habilidades comunicativas. En el vientre materno, el sentido que se desarrolla primero en el feto es la oído, entre las 8 i 12 semanas de gestación los sonidos y la música ya están presentes en nuestras vidas, favoreciendo el vínculo con nuestra madre y el desarrollo global. 

Ya sea en forma de canciones de cuna o bailes que nos alivian y nos consuelan, la música es un canal de transmisión directo y un lenguaje universal. Permite asimilar la cultura que nos rodea, por tanto está ligada al sentimiento de pertinencia hacia la família y la comunidad. La música debe ser parte de la educación ya que fomenta la atención y el aprendizaje.

La música llega a nuestras vidas con las canciones de cuna y de arrullo.

Conclusión:

La integración de la música en el ámbito educativo y sociosanitario brinda la oportunidad de revolucionar las intervenciones y tratamientos que se dirigen a fortalecer la salud mental mediante terapias personalizadas, centradas en la persona y en sus intereses, devolviendo el rol de actor principal, activo en su tratamiento y dueño de su proceso de recuperación. 

La combinación de estímulos multisensoriales puede maximizar sus beneficios terapéuticos.

La Musicoterapia es una disciplina clave para hacer frente a los retos de nuestra sociedad actual.

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